Solos y solas, para algunos un negocio.



Cada vez más personas mayores de 40 años buscan pareja, nuevos amigos o simplemente un lugar de encuentro. Muchos emprendendores encontraron aquí una oportunidad y se dedicaron a diseñar alternativas para cubrir una demanda compleja y variada.


Pablo WinokurAlgunos reconocen a Roberto Galán como antecesor. Otros, en cambio, adjudican los orígenes del nicho de mercado a la difusión de la película "El violinista sobre el tejado", precisamente al momento en que el protagonista del musical cantaba para invocar la presencia de un casamentero que "colocara" a sus hijas solteras.Todos siguieron las enseñanzas de Cupido y dedican su tiempo a luchar contra la soledad ajena, que se multiplica junto con la globalización y el individualismo… y por supuesto, al aumentar la demanda, también aumentó la oferta.Así, desde hace unos años, comenzaron a aparecer opciones para los denominados "solos y solas" o "singles": personas de más de 30 que buscan conformar una pareja, casarse o simplemente pasar un rato ameno.


¿Qué son los "solas y solos"? Son grupos para personas sin pareja que se juntan para realizar distintas actividades. Si bien originalmente estas propuestas estaban pensadas para mayores de 45, —quienes más dificultades tienen para conocer gente nueva— hoy el mercado se ha diversificado a otras franjas etarias.La mayoría de los organizadores de los grupos de "solas y solos" descree de esta etiqueta —cada quien basándose en distintos argumentos— aunque hay muchos que aún reivindican esta denominación. Existen grupos de todo tipo: de hecho, el éxito de sus coordinadores se basa en haber encontrado un público específico para lo que ellos proponían.De jubilados a solitariosJorge Santoro encontró una buena fórmula: dirige un grupo de encuentro llamado GRUPALmente y realiza juegos de intercambio, charlas lúdicas y otras propuestas recreativas. "Me interesa que el participante tenga la posibilidad de vincularse con la mayor cantidad de gente, que aproveche algo que le contó alguien y que eso le sirva de excusa para acercarse", explica.


Jorge Santoro es psicólogo y se capacitó en talleres de juego, creatividad, expresión corporal y plástica. Hasta hace seis años, coordinaba grupos de ventas para una AFJP, hasta que se decidió a armar su propio emprendimiento y lanzó la propuesta. "Con una amiga nos asociamos, pusimos un aviso en un diario e invitamos a conocidos que estaban sin pareja", cuenta.Al principio alquilaba una sala en Palermo. Pero de a poco el lugar fue quedando chico. Hoy tiene dos grupos. Uno para gente de entre 35 y 53 —cuyas actividades se realizan los sábados de 22.30 a 2 de la mañana en un bar del barrio Las cañitas— al que asisten unas 70 personas por semana, en promedio. El costo de la propuesta es de $ 25 e incluye la consumición y el lugar que después se transforma en un pequeño boliche. El otro grupo, para mayores de 53, se junta los jueves en su propio consultorio y el costo es de $ 15.Comer en compañíaOtros emprendimientos relacionados con esto proponen cenas de vinculación: algunas son reuniones de grupos reducidos en las casas de los organizadores y otras son cenas en grandes salones de hasta 300 personas. Un ejemplo es Nell Eventos. "Proponemos encuentros de buen nivel, con buena música toda la noche, en un ambiente agradable. Damos tres consumiciones de gaseosas, tres tragos alcohólicos y un servicio de catering de bandeja de primer nivel", cuenta Nell, la organizadora de estos grupos. La entrada es de $ 30, por todo concepto.Todos los coordinadores acuerdan en que, aunque poseen una alta asistencia y una buena recaudación, el trabajo es mucho y la inversión es grande.


La convocatoria no es sencilla y requiere muchas horas de dedicación. Por otra parte, ambos tienen socios muy importantes: los salones cobran alrededor de $ 3.200 la noche; en cambio con algunos bares es posible llegar a un acuerdo por el cual se quedan con la mitad del costo de la entrada. "Cuando me quedo sin lugar me desespero, pero ahora salgo a la calle sabiendo que lo que ofrezco es un negocio y las últimas veces me resultó más fácil de lo que pensaba", explica Jorge, quien considera fundamental la buena onda de quienes atienden en el bar. "Tienen que empujar conmigo en esto", dice.

Para reflexionar


Pero no todas las propuestas siguen esa modalidad. Algunos organizadores prefieren trabajar desde un lugar más reflexivo, a través de charlas y debates. Es lo que hace, por ejemplo, el psicólogo Andrés Martín, quien coordina un Grupo de Reflexión para Divorciados. Al separarse —hace casi 20 años— comenzó a reunirse con un grupo de amigos a compartir sus problemas. Pasado el período de duelo, se le ocurrió que muchos divorciados o personas que habían perdido su pareja, se podrían sentir cómodos en un espacio de ese tipo. Así, en 1986, comenzó con la propuesta. Hoy, 20 personas se reúnen los viernes en el bar El Taller, de Plaza Serrano con un costo de $ 10.¿Qué es lo que hacen? "Hablamos", contesta Martín. "Como es una actividad anual, pero con posibilidad de insertarse en el medio del año, yo normalmente armo un bloque introductorio, otro en que se trabajan temas específicos y uno de fin de año o cierre. Los temas giran todos alrededor de la misma problemática: 'Qué nos pasa cuando nos separamos', 'Qué le pasa al hombre a diferencia de la mujer' '¿Cuáles son las pérdidas?''¿Qué pasa con la tenencia de los hijos cuando se produce una separación?'?¿Cómo es la nueva sexualidad?'", enumera.


Dado que alguna gente es más reacia a hablar de ciertas cosas, fue incorporando distintas técnicas para que los participantes se suelten: intercambio teatral, fantasías dirigidas o trabajos plásticos facilitan los intercambios posteriores.También Aída Lejner hace este tipo de reuniones y trata de explicar el por qué del éxito de estas actividades: "La gente se siente sola porque la tecnología es útil para la información, pero le ha quitado lo emocional y afectivo a la condición humana". Ella también trata de acercar a los participantes a través de la reflexión. Se junta los martes a la noche en un bar público, y cobra $ 7.Reclutar solitarios


¿Es difícil conseguir a la gente? En el caso de Andrés, el mayor problema no es el número de asistentes, ya que reúne un promedio de 20 personas por encuentro, sino su continuidad. "Los primeros años, el grupo estaba conformado por 12 ó 15 personas, pero era la misma gente todo el año, y podía seguir mejor el proceso. Estos últimos años me cuesta seguir una continuidad", dice Andrés, refiriéndose a la alta rotación de los asistentes.Publicitar: sí o noAndrés no pone publicidad en ninguna parte y sólo trabaja con el boca en boca. Pero tiene un listado de 800 mails que envía cuando tiene una propuesta especial para hacer.En cambio, Jorge Santoro sí pone publicidades en los diarios de mayor tirada del país. Por su parte, Nell hace un seguimiento de cerca. Cada semana, con alguna ayuda de colaboradores amigos llama a todos los contactos para contar cuál será la propuesta y tratar de que reserven mesa.Jorge explica: "si necesito gente llamo, pero habitualmente pido que ellos me confirmen si vienen". En su caso, hace una entrevista previa a cualquiera que quiera asistir a los encuentros.


"Quizás la persona no está en un buen momento para participar. No soy elitista, pero sí soy cuidadoso en lo que hago. Me gusta que la gente se sienta cuidada. Que se encuentre con gente con la que pueda estar tranquilo. Como si fuese una reunión de amigos", comenta. Con fines seriosAdemás de los eventos, el rubro de solos y solas también puede dar sus réditos en otras áreas. Si bien la del "el casamentero" no es una actividad nueva, actualmente, las agencias matrimoniales están mucho más profesionalizadas que en otras épocas.Margarita Baumann dirige la agencia For Ever desde 1993.


"El solicitante viene, le hago llenar una planilla, le saco unas fotos digitales y todo con absoluta reserva", cuenta la emprendedora, que dice tener la mejor relación costo calidad. Cobra $ 1.000 por sus servicios y no tiene límite de presentaciones.Empezó con la idea gracias a un amigo europeo que le explicó cómo funcionaban estas cosas en el viejo mundo. "No tenía a quién presentar y obviamente no iba a empezar mintiendo. Entonces, lo primero que hice fue decir la verdad. Y muchos se fueron y no se registraron, porque decían '¿Qué voy a hacer acá si no hay gente?' Pero otros confiaron en mí. Y además anoté a algunos en forma gratuita", revela. Uno de los trabajos más difíciles para Margarita es cuidar el target de quienes se inscriben en la agencia. Debe asegurarse de que el objetivo de la persona sea buscar pareja con fines serios. Luego mantiene entrevistas en las que selecciona cuidadosamente el tipo de persona que ingresa a la base de datos: el 98% son profesionales.


A partir de allí hace un entrecruzamiento artesanal y comienzan las presentaciones: "Trato de ser respetuosa con lo que la gente pide y, así, las probabilidades de que algo bueno se concrete son elevadas", asegura.Garantía: seis mesesObviamente, al tener la entrevista inicial muchos tienen miedo o vergüenza de embarcarse en una propuesta como ésta. "Yo muestro el servicio tal como lo presto, y en el contrato figura que mis presentaciones son sin límite de tiempo, sin límite de cantidad, respetando el perfil solicitado, con discreción absoluta. Le muestro fotos y me comprometo hasta que la relación funcione durante más de seis meses. Entonces creo que no hay mucho que pensar", dice.


Sin embargo, su emprendimiento se vio limitado por el infinito ciberespacio. "Muchos creen que venir a una agencia es como buscar por Internet. La empresaria marca las diferencias: "Esto es serio y seguro y yo le estoy dando a cada cliente la cita que él busca, porque antes pasó por mi filtro". Viajando se conoce genteOtro rubro en auge en la materia es el turismo para solos y solas. Silvia Allende comenzó hace 13 años con una amiga que hacía eventos. Se les ocurrió organizar un viaje a Colonia que fue un verdadero éxito. Entonces decidieron continuar. Los viajes que organizan están dirigidos a un target de público particular: singles de edad media. Allende aclara, blanco sobre negro: "Yo no hago presentaciones sino turismo. Son viajes de personas solas, pero siempre le aviso a la gente que yo no armo vínculos.


El objetivo básico y principal es el turismo". Cuenta que incluso organiza viajes para mujeres solas, con mucho éxito. Y explica el por qué: "A partir de los 30 y pico, el 80% de tus amigos está casado y es difícil encontrar con quién ir de vacaciones o ponerse de acuerdo sobre dónde y cuándo ir. Esta es una opción para ir acompañado de gente que está en la misma sintonía que uno".Otra gran ventaja de este tipo de excursiones es que se abaratan mucho los costos, dado que la mayoría de los paquetes turísticos están pensados para base doble. La mayoría de la agencias de este tipo permiten que el cliente opte por habitación simple o compartida con otra persona en su misma situación.


No es bueno que el hombre esté solo, es lindo que la gente se quiera, lo primero es la familia… Pese a la globalización y el individualismo, los seres humanos siguen necesitando la compañía de sus semejantes para ser felices. Y como enseñaron los grandes maestros de la economía, donde hay una necesidad hay un negocio.



FUENTE: CLARIN

http://www.clarin.com/suplementos/pymes/2006/03/06/y-01150883.htm
Copyright 1996-2008 Clarín.com - All rights reserved

1 comments:

Dardo A.E. Papalia said...

El sistema neoliberal primero te aísla, después te exige un pago o compra de artículos para comunicarte con el resto de las personas. Empieza sembrando el miedo con la inseguridad y termina por venderte un abono de internet